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Liderazgo curioso con Teresa Viejo

"La curiosidad siempre hace regalos" nos dijo Teresa Viejo el pasado jueves en su charla sobre "Liderazgo curioso" y no puedo estar más de acuerdo porque tener a Teresa Viejo con nosotros fue un auténtico regalo producto de la curiosidad por escucharle y poder charlar con ella en Una noche con...

Teresa nos recibió con una enorme sonrisa y un cálido abrazo a cada uno de nosotros, de esos abrazos sinceros que reconfortan.


Supongo que la curiosidad fue también la que le trajo hasta nosotros, un grupo de personas a las que no conocía, que le escuchó absorto y casi sin pestañear. Porque el relato de cómo Teresa ha hecho de la curiosidad su estandarte es apasionante.

Teresa ha sido curiosa desde niña y la curiosidad le acompaña en su día a día. La curiosidad le llevó a escribir historias en la mesa de su habitación a la luz de un flexo y a estudiar periodismo después para seguir contando historias.


La curiosidad y la observación le han permitido acercarse y acercarnos a tantos personajes que hemos conocido a través de sus programas de televisión y radio y fueron también la curiosidad y la observación de señales las que le llevaron a escribir su primera novela "La memoria del agua" con una historia apasionante detrás que terminó formando parte de su propia historia.

Llegó un momento en que Teresa Viejo decidió estudiar la curiosidad más a fondo, escribir un libro con sus conclusiones y dedicarse en cuerpo y alma a descubrir cómo puede ayudarnos.


La curiosidad mejora nuestra vida y nos ayuda a explorar desde el mundo más cercano a la luna. Las personas con mayor cociente de curiosidad tienden a vivir más porque como nos decía Teresa:


"La curiosidad puede ayudarnos a preservar nuestra salud, mantiene sano y joven al cerebro, estimula la dopamina y es un protector de las neuronas y la sinapsis"

Esto me recordó a Marisol, la mujer de 76 años con ojos chispeantes y llenos de vitalidad que conocí en Una comida con Mujeres en Burgos. Marisol se define a sí misma como curiosa y nos contó que piensa vivir 150 años. Al parecer, ¡va por el buen camino!


Teresa Viejo citó a Saramago "sólo se envejece cuando se pierde la curiosidad".


La curiosidad es algo innato pero también puede potenciarse o inhibirse. Si no dejas que el niño explore, que encuentre respuestas solo, no será curioso. Y sin curiosidad será una persona llena de creencias limitantes, tópicos y miedos, que trasladado a muchas personas con falta de curiosidad convierte a un país en envejecido y mediocre.

En el plano empresarial, la curiosidad puede cambiar la estructura y la forma de trabajar.


La forma de dirigirnos a los demás, de hacer preguntas, el interés genuino, despiertan la curiosidad inmediata en nuestro interlocutor y la persona se entrega. Por eso, el abrazo de Teresa por inesperado y sorprendente nos predispuso a todos a escuchar de una forma mucho más empática. Teresa, con su gesto se preocupó por cada uno de nosotros y dime, ¿cuántas veces un desconocido (y hasta una persona querida) te da un abrazo sentido?

Teresa nos habló de la energía que le ha dado la curiosidad y nos la transmitió a lo largo de toda su charla.


Volví a casa dando vueltas a todo lo que aprendimos y por la mañana le hablé a mi hijo de lo importante que es que no pierda su curiosidad nunca, que siga buscando y preguntándose (aunque como padre a veces agota ;)


Teresa Viejo nos brindó una velada llena de sinceridad, descubrimientos, aprendizajes, calidez y energía. Fue una de esas veladas que quiero mantener en mi memoria y asimilar para que forme parte de mí.

Gracias Teresa por hacernos hueco en tu agenda y dedicarnos tu tiempo con tanto cariño.

Gracias a todos los que compartisteis velada con nosotras y lo hicisteis posible.

¡Nos vemos en próximos eventos!

Espacio: Masseda

Catering: Masseda

Fotografía: Olga Vallejo

Flores: Be Floral

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